El aceite esencial de Lavanda es un gran purificador físico, mental y emocional. Su aroma suave, floral y fresco ayuda en los procesos de recuperación de convalecencia en cualquier enfermedad. Restaura nuestro organismo. Calma nuestros pensamientos y emociones, purifica el ambiente. Ideal cuando nos duele la cabeza y para dar aroma a limpio y fresco en la ropa de cama y en donde queramos ponerlo. Es un excelente limpiador y regenerador de la piel. Analgésico, antibacterial, antimicótico, antiespasmódico, antiinflamatorio, antiséptico, antiviral y cicatrizante.