Buena parte del Perú contemporáneo está retratado en estas páginas. Las únicas omisiones que de veras lamento las representan Jorge Basadre —que a pesar de nuestra buena relación siempre temió concederme una entrevista— y Mario Vargas Liosa, a quien le hice tres, perfectamente insatisfactorias; ninguna de ellas sobrevivió al criterio selectivo que quise que prevaleciera en este libro.