La actividad lúdica-recreativa juega un papel muy importante en el desarrollo del niño. A través del juego, el niño comienza a comprender el funcionamiento de los objetos, para estimular la imaginación y creatividad y las actividades cognitivas. La experiencia del juego enseña al niño a ser persistente y tener confianza en sus habilidades. Actividades deportivas, del mismo modo, son fundamentales para los niños y una gran cantidad de investigaciones muestran que los que practican deportes al menos dos veces a la semana también mejora su rendimiento escolar, la atención y la concentración. Por lo tanto capaz de unirse al juego con el deporte es una gran manera de ayudar a nuestros hijos a crecer mejor.