Al apilar los bloques de madera para formar un árbol u otras formas, los niños pueden disfrutar de la felicidad de ensamblarlos por su cuenta.
El árbol apilado fomenta el apilamiento práctico, promoviendo el desarrollo de la concentración de los niños.
A través del proceso de apilamiento, enfrentan varios desafíos, contribuyendo a la mejora de la resiliencia y la paciencia.
Estimula el desarrollo de la coordinación mano-ojo. Después de apilar a cierta altura, cada bloque requiere que los niños realicen movimientos precisos y delicados.
Desata la creatividad del niño: el diseño único de las hojas del árbol apilado permite la creación de varias formas, proporcionando un amplio espacio para que la creatividad de un niño florezca.